General Alejandro García Marcín : prócer de la república / Carlos J. Sierra, estudio preliminar, investigación y selección.
By: Sierra, Carlos J.
Material type: TextSeries: Colección Campeche 15, sección conmemorativa Juan Carbó ; VII.Publisher: San Francisco de Campeche : Gobierno del estado de Campeche, 2007Description: 97 p. ; 26 cm.ISBN: 978-968-9324-13-3.Subject(s): García Marcín, Alejandro 1818-1873 | Campeche -- HistoriaLOC classification: F 1251 .G37 | S54Item type | Current location | Collection | Call number | Status | Notes | Date due | Barcode |
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Libros | UMSA Plantel Reforma | Acervo general | F 1251 .G37 S54 (Browse shelf) | Available | 000019704 |
Resumen: Durante los años trágicos del Siglo XIX en que México se vio envuelto, para defender sus instituciones de la ambición extranjera, figuraron en el campo liberal militares campechanos que junto al Lic. Benito Juárez, colaboraron en la defensa nacional; uno de ellos, el general Alejandro García. La fecha es ocasión para recordarlo con toda la solemnidad que su ejercicio de patriota nos reclama.
Convencidos de que el homenaje a la memoria de nuestros mejores hombres, constituye la fuente de nuestra conciencia cívica y estimula la comprensión para aquellos que, con su esfuerzo y sacrificio, hicieron posible la vida jurídica del país, cuyo nombre es nuestro orgullo.
De esta manera, haber ignorado la vida y la obra del general Alejandro García, hubiera sido un acto de ingratitud, que ciertamente no es característica nuestra.
Alejandro García Marcín nació en la Ciudad de Campeche el 27 de junio de 1818; muy joven se inició en la carrera de las armas y las primeras noticias que tenemos corresponden al cargo de oficial tercero en el ramo de artillería en el Ministerio de la Guerra, en marzo de 1836; en diciembre de 1839 figuró como subteniente de la misma arma; dejó las tareas administrativas y probó su vocación militar años después, cuando el Capitán Alejandro García desempeñó la comandancia de la plaza de San Juan Bautista, Tabasco, y la defendió de los ataques de los invasores norteamericanos en 1847, al frente de las fuerzas de veteranos; sintió que la defensa del país significaba dejar a salvo el lábaro heredado del puño de Hidalgo y Morelos.