Resumen: Explorar Yucatán es descubrir esa orografía peculiar que llama constante al asombro: contraste deslumbrante de sus redes subterráneas de cenotes, recintos sagrados del agua, frente a la ausencia de ríos superficiales. Recorrer Yucatán es comprobar la cósmica empatía de la vastedad del firmamento con la amplísima llanura, y es reconocer que no en vano los mayas antiguos hicieron de esta planicie terraza para asomarse al universo y dejarnos un legado aún resplandeciente.
Andar Yucatán, para escudriñarlo, olerlo, degustarlo, tocar su diversidad, es leer su esplendoroso pasado en la palabra que deletrean los rostros de hoy. Aprehender Yucatán es conocer sus contrastes y constatar la necesidad de establecer sólidos vínculos y así evitar que los claroscuros sociales desdibujen ese pasado esplendente.
Transitar Yucatán, para vivirlo en la plenitud y vigencia de su cultura, es llegar tanto a las ciudades como a las más recónditas comunidades o, bien, levantar la vista para reconocer cómo, aun en aquellos que han emigrado y habitan otras latitudes, se vigorizan los rasgos culturales en un afán de cohesión con su origen. Así es el pueblo maya de hoy, cierto y decidido en hacer lo que sea necesario para que prevalezca su grandeza.
El registro de imágenes en esta publicación aspira a colocar, en la memoria de quien asista a sus páginas, diferentes aspectos del pueblo maya que vive aquí y ahora, en el marco de esa iniciativa articulada desde el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya, (INDEMAYA). Este impreso constituye un llamado de atención para aquellos que no alcanzan a percibir su vigencia: ¡Wey yano'one', Aquí estamos!
La intensa Campaña Estatal para el Pueblo y la Cultura Maya, llamada precisamente ¡Wey yano'one', Aquí estamos!, ha propagado su convocatoria a la revalorización de la cultura autóctona por todos los medios desde la perspectiva de la interculturalidad que hoy priva no sólo en nuestro estado, sino en el mundo. Tal ha sido el alcance de este esfuerzo, que resulta inevitable dejar un testimonio documental derivado de su ejecución.
La gente del INDEMAYA institución formada por personas, por inteligencia, por voluntad, por emociones han caminado con los sentidos alertas para recoger la realidad yucateca actual y contribuir, como un cuerpo vivo, en la construcción de los caminos por donde transiten los valores de los jóvenes, de las mujeres, del hombre del Mayab y, sobre todo, de los niños, principales salvaguardas de la continuidad de todas las manifestaciones de su cultura.
En los ojos infantiles deben florecer sus tradiciones como algo vivo para lograr los cimientos del futuro Yucatán, lo cual no será posible sin el pueblo maya que hoy señala orgullosamente, no sin ánimo festivo, que seguirá construyendo sus caminos, aquí y allá, con la misma divisa de saberse presentes y dejando una estela luminosa como la que ahora nosotros percibimos del pasado, para las generaciones futuras, porque el pueblo maya, al cabo de los siglos, seguirá afirmando: ¡Wey yano'one', Aquí estamos!