Resumen: El tercer piso de la torre de Michel de Montaigne (1533- 1592) es el punto exacto donde nace un género literario: el ensayo. En ese lugar, construido por su padre, se encerraba el escritor francés a buscar entre los libros -Plutarco, Séneca, Suetonio, Guicciardini, Virgilio, Ovidio, Ariosto o Bocaccio - las cifras que dieran entendimiento a su vida. Desde la torre, escribió Montaigne: "...Veo abajo el jardín, el corral, el patio y la mayor parte de las dependencias de la casa. Allí hojeo un libro, luego otro, sin orden ni propósito, al azar. Ya divago, ya anoto y dicto, paseando, los sueños que aquí veis...:'
"Los sueños que aquí veis", apunta Juan José Arreóla en el prólogo a esta selección de ensayos, "constituyen una de las obras más ricas y complejas de la literatura universal. Los Ensayos de Montaigne no son, en sentido estricto, ni memorias, ni historia, ni filosofía, ni confesiones, ni apuntes para un libro futuro. Son sencillamente el retrato cultural de un hombre que dándose a conocer a los demás, trata de conocerse a sí mismo desde todos los ángulos posibles, y que continuamente agrega datos y fichas para la composición de su enciclopedia personal: la de lo vivido y aprendido; la que resume la experiencia del espíritu intemporal y la del cuerpo pasajero."
Yo soy la materia de mi libro, escribe Montaigne, "lo cual no es razón para que emplees tu ocio en un asunto tan frívolo y tan baladí. Adiós, pues". Pero el adiós se transforma aquí en una invitación a subir la escalera del gran ensayo, la que conduce al tercer piso de la torre de Montaigne.