Resumen: La decisiva importancia de la educación infantil ha sido por fin reconocida y ratificada socialmente en nuestros días. Reclamada esta educación hace tiempo de forma insistente desde el ámbito pedagógico, hoy un amplio conjunto de ciencias, así como de nuevas actitudes y exigencias sociales, certifican su prioridad básica.
La educación infantil actúa sobre seres humanos en una etapa evolutiva temprana y el papel mediador o modulador que el educador desempeña en la imprescindible interacción alumno-medio es fundamental. Él es uno de los principales agentes que presenta el mundo a la observación, manipulación y comprensión del niño. De aquí la exigencia que se le plantéa de una formación profesional específica y de un conocimiento profundo y científico de su quehacer diario. «Estar bien formado» significa ser capaz de elaborar y realizar la acción educativa desde criterios pedagógicos.
Ésta es la finalidad del presente libro, que ha querido traer de nuevo a la portada el término Pedagogía. Frente a quienes opinan que carece de una cobertura científica rigurosa, o que no es actual, se presenta aquí un saber pedagógico, un saber sobre educación, generado desde la misma práctica y dirigido a normar y regular dicha práctica educativa. Su objetivo es proporcionar vías de reflexión científica para profundizar en el qué, porqué y para qué de la acción educativa.

Bibliografía: p. 339-340