Resumen: Las Casas de la Cultura Jurídica que presenta y describe este libro, han concentrado una región de la memoria histórica de la república. En los expedientes que habitan sus archivos hay enseñanzas sobre personas y sucesos, costumbres y tradiciones, revoluciones y pacificaciones. Podemos asir ese hilo conductor para seguir la marcha de los mexicanos, en cada provincia, en cada estación. Las Casas han abierto sus espacios igualmente, para explicar desde ahí las andanzas del derecho y la justicia, informar a los curiosos y a los estudiosos, dotar a los estudiantes, mejorar a los profesionales, asistir a las instituciones. Y se han identificado con el nombre de ilustres compatriotas que sirvieron a la república desde el poder judicial. Se trata, por cierto, de un acto de justicia, porque – también para estos efectos premiales- el buen juez por su casa empieza.