Resumen: El siglo XIX en nuestro país la necesidad de crear un teatro nacional, un teatro costumbrista con perfiles mexicanos, para respaldar la reciente independencia.
Yucatán no fue ajeno a esta necesidad urgente. Esta es la razón de que este estado rebelde y tradicional con dicotomía propia que se vuelve el combustible para movilizarlo de una manera dialéctica, produjera, según varios expertos, una creación dramática mayor a la producida en todo el país. Indudablemente que este pronunciamiento es una hermosa metáfora para indicar la "fruición" con que los yucatecos se involucraron en el quehacer escénico del decimonónico.
Fue en este clima nacionalista y romántico, independentista y épico, donde se comenzó a gestar un teatro con características muy propias y que hoy conocemos como teatro regional de Yucatán.
Un teatro cuya necesidad de reflejar a la sociedad que lo genera, se manifiesta por desarrollar diferentes géneros dramáticos y escénicos. Su historia tiene un génesis en el teatro maya y en las pastorelas franciscanas que vienen desde los tiempos de la evangelización y en cuya trama aparecen en escena los primeros personajes con perfiles mestizos y mayas propios de la península.

Bibliografía: p. 137-138