Resumen: En estas páginas se examina la procedencia del juicio de amparo, desde la genérica prevista en el artículo 103 constitucional, hasta la que corresponde a sus dos modalidades (directo e in-directo), enfatizando siempre el acto y la autoridad, eje central de este medio de control. Sin dejar la exposición, explicación y reflexión sobre estos tópicos se desarrolla lo relativo a las causas de improcedencia contenidas en la Constitución, la Ley de Amparo y las que son producto de la interpretación por los tribunales federales, establecidas en criterios jurisprudenciales. En este tema descansa una de las razones por las que se considera altamente técnico el juicio de garantías.

Hay una contradicción aparente entre la procedencia e improcedencia, pues por una parte la norma establece que el juicio es factible y por otra que no. Son complementarias dentro del sistema de impugnación y se armonizan para darle funcionalidad.

La relación entre improcedencia y sobreseimiento que con frecuencia se confunden, por más que la primera sea el origen del segundo, es analizada a detalle, así como las diferencias entre desechar una demanda y tenerla por no interpuesta, para culminar con algunas reglas de sobreseimiento. La improcedencia y el sobreseimiento representan la derrota en un juicio de amparo. Sobreseer un juicio indica que ni siquiera fueron examinados los argumentos que mediante los conceptos de violación pretendieron destruir el acto de autoridad. En ello radica la necesidad de tener presentes las hipótesis que lo provocan, para estar en condiciones de evitar su actualización y, en el mejor de los casos, abstenerse de impugnar un acto en que de antemano es previsible el resultado adverso.