Criminología / Alicia González Vidaurri, Augusto Sánchez Sandoval.
By: González Vidaurri, Alicia.
Contributor(s): Sánchez Sandoval, Augusto.
Material type: TextPublisher: México, D.F. : Porrúa, c2013Edition: 3a ed., 1a reimpr.Description: xv, 218 p. ; 23 cm.ISBN: 978-970-07-7549-4.Subject(s): CriminologíaLOC classification: HV 6026 | .S6 | G66 2013Item type | Current location | Collection | Call number | Copy number | Status | Date due | Barcode |
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Libros | UMSA Plantel Reforma | Acervo general | HV 6026 .S6 G66 2013 (Browse shelf) | 1 | Available | 000017690 | |
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Resumen: Cuando se dice: "¡Ah!, las cosas de la vida", se expresan circunstancias fortuitas que a veces se resuelven en afortunadas ocasiones y ricas oportunidades.
Una vida generosa, me permite vivir por un año en México, impartiendo clases de criminología y penología en la cátedra "Alessandro Baratta" en el Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco.
Pero además del placer de vivir en un país fantástico, de poder gozar de la amistad de tantos amigos mexicanos, existía el interés personal de poner a prueba mi experiencia de docente en la más antigua universidad del mundo, el Alma Mater Studiorum di Bologna, Italia, con jóvenes de un continente diverso a la vieja Europa. Se sabe -como repite mi ilustre connacional y colega Umberto Eco- que los profesores universitarios son como los vampiros, que aman sobre todas las cosas, la sangre joven: entre más se avanza en la edad, más se busca la confrontación con las nuevas generaciones. La experiencia didáctica en México ha sido para mí una fuente de estímulo, creadora de grandes inquietudes, que son las que nos hacen vivir a los intelectuales.
Mi mayor satisfacción consiste, que entre mis alumnos italianos -varios miles, después de 30 años de labor-, y los mexicanos -un poco más de cien-, me parecen mejores estos últimos, por ser más atentos y animosos, para aprender las pocas cosas que un viejo profesor italiano puede transmitir. Lo que más me inquieta es la dificultad que tienen lo jóvenes mexicanos para acceder a una buena cultura, principalmente en lo que se refiere a mis disciplinas de conocimiento.
En primer lugar, está el dramático problema mexicano de cómo obtener fuentes científicas; la imposibilidad de poder consultar manuales, libros, monografías y revistas, que en Europa se pueden leer por miles en cualquier biblioteca de casi todas las sedes universitarias, aunque sean pequeñas. Por ello, he estado constreñido a ofrecer como auxilio didáctico a mis alumnos, algunos centenares de fotocopias de los pocos libros que traje de Italia y esto me provoca una infinita tristeza.
Bibliografía: p. 207-211