Resumen: Todos escribimos. Hay quienes lo hacen con la mira puesta en la expresión del concepto envueltos en palabras y construcciones bellamente dispuestas: los novelistas y poetas. Hay quienes lo hacen con la intención de transmitir instrucciones rápidas y precisas dirigidas al logro de acciones y resultados efectivos: los ejecutivos empresariales. También hay quienes escriben para dar a conocer hechos acontecimientos que afectan la vida social: los periodistas. Y hay también quienes escriben para manifestar el tamaño de sus conceptos o el peso de sus sentimientos: el hombre de la calle, los universitarios. Todos escribimos.
La transmisión de ideas en forma gráfica es una necesidad cotidiana, independientemente del medio utilizado y de los fines perseguidos. El acto de escribir es tan cotidiano como su punto de partida: la percepción y expresión de la realidad personal. Allí arranca la exposición de este trabajo y transcurre por consideraciones respeto del uso de la palabra, de los mecanismos que articulan la lengua y de las formas necesarias para una adecuada transmisión del pensamiento.
Amén de ejemplificaciones, modelos, explicaciones y analogías -nuca reglas-, los discursos cotidiano, técnico literario presentes a lo largo del trabajo, ratifican las diversas posibilidades constructivas y los varios niveles expresivos con que cuentan quienes requieren hacer del pensamiento palabra y de la palabra expresión, porque... todos escribimos.