Resumen: En la rica variedad de aspectos de la persona y la personalidad de José Martí, junto al hombre de bien templado carácter, de acción y de ideas, marcha el hombre de excepcional temperamento, de fina y alerta sensibilidad, devoto de lo sencillo, natural y directo en arte, amante de la naturaleza profundamente acogedora, el hombre, en fin, que tuvo una de sus mayores complacencias en poner su talento descubridor de bellezas literarias al servicio amoroso de los niños, de todos los niños, de su hijo tanto como al servicio de todos los niños del mundo, comenzando por los de América que hablaran y leerán español. Por eso aparecen en este libro los textos íntegros de las tres obras en la que Martí vuelca sus amores más puros y elevados de padre cariñoso, de sabio y comprensivo maestro, de amador de la naturaleza.
Esas obras ejemplares, en prosa y en verso, son Ismaelillo (1882), la edad de oro (1889) y los versos sencillos (1891), y su examen no pretenden ser un esclarecimiento de los que se manifiesta con eficaz, con admirable sencillez, con naturalidad, con transparencia, sino el acompañamiento de cuidadosas excitaciones para orientar el entusiasmo del lector de cualquier edad de estos perdurables textos martianos. En el examen de la edad de oro el comentario pretende acercarse al estilo empleado por Martí para hablar a los niños; pero en todo caso hablan por sí los textos martianos agrupados en esta colección, y de este modo, pueden ejercer directamente su función de magisterio sobre sus lectores, cualesquiera que éstos sean.