Resumen: Pero Galín es una completa sátira de la literatura de su tiempo, de sus limitaciones y extremos; de la vida familiar y social; del ambiente de libros, libreros, anticuarios, bazaristas y chachareros, de quienes pone en evidencia trucos y supercherías. Enjuicia la literatura, especialmente la moda arcaizante y, en particular, al personaje que, de espaldas a la realidad, vive en el pasado, entre vitrinas y retablos de la corte virreinal. Por ello se ha dicho que están novela es la mejor obra de crítica que produjo Estrada, la que recoge y propaga el famoso reproche que se ha hecho a los "colonialistas" de evadirse de su momento y construirse una torre, no de marfil, lo cual sería exotismo, sino de pergaminos e infolios rezumantes de tesoros del propio país.
Pero Galín es algo más que un grave reproche y algo menos que la liquidación del "colonialismo". Contiene también la valoración de lo que fue la literatura anterior a su tiempo y el panorama de la que aquellos años. Aparte de la crítica implícita y de la información histórica, guarda, con el estilo más puro de esa prosa elaborada y fina, típica de la corriente de moda, las mejores páginas del cronista de esta ciudad de México por los años veinte.