Resumen: Entre 1929 y 1933, en equipo de investigadores comisionados por la Dirección General de Bienes Nacionales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público realizó un censo de todas las construcciones religiosas de Yucatán asequibles por ferrocarril, carretera o volán. El resultado de sus desvelos fue publicado doce años más tarde en dos gruesos volúmenes bajo el nombre de Catálogo de construcciones religiosas del estado de Yucatán. Con excelentes planos y elevaciones, fotos y una gran riqueza de datos, se describen allí no menos de 310 monumentos religiosos, desde la gran catedral de Mérida hasta la más humilde capilla rural.
El catálogo que, como es natural, se convirtió en obligada fuente de consulta, es notable no sólo por lo que incluye, sino por lo que no incluye. Campeche y el entonces territorio de Quintana Roo, por supuesto, no están representados, como no lo están monumentos yucatecos tan importantes como Chancenote e Ichmul, inasequibles a los investigadores por aquellos años. Tampoco aparecen la multitud de capillas y oratorios asociados con los centenares de haciendas de la región; mucho menos las decenas de templos arruinados, perdidos en la campaña, en la floresta, y en la memoria.

Bibliografía: p. 157-162