Resumen: Trata esta obra de la escultura y de los escultores contemporáneos en México. Los artistas están divididos por sus tendencias, desde la Revolución a nuestros días, en un proceso histórico que va del realismo socialista al realismo libre y al abstraccionismo y otras experiencias de vanguardia.
La escultura actual no podría comprenderse sin legados pretéritos: lo prehispánico, lo colonial, el siglo XIX y la gran sacudida revolucionaria, punto de arranque del México moderno en todos los órdenes.
Y no podría comprenderse porque desde la Revolución, una de las actitudes fundamentales del mexicano es de despertar a la conciencia nacional, la noción clara del sentido de su historia y la exaltación de un pasado que le permita ubicarse en el tiempo y en el espacio. La definición de lo propio es una preocupación permanente, un grave compromiso que a veces ha dado frutos localistas, pero que siempre ha contribuido a que nuestro pueblo sea entendido por sí mismo y por los demás.
El cuerpo histórico de este volumen no peca de interpretaciones deterministas ni de afilia a las doctrinas individualistas o colectivistas extremas, a las espiritualistas o materialistas rabiosas, que dan origen a verdades parciales o casi verdades, al decir de Ortega y Gasset. Es un esfuerzo de análisis científico "de las formas colectivas de la vida humana que llamamos pueblos" donde los guías, líderes o grandes hombres aparecen como "médiums" impulsados por sus comunidades nacionales o que actúan en forma sobresaliente para encarnar una voluntad o una conquista material o espiritual de las sociedades a que pertenecen.