Resumen: En el mes de septiembre de 1944, Alfonso Rangel Guerra, ingresaba a la escuela de Bachilleres de la Universidad de Nuevo León (antes Colegio Civil). Contaba con 16 años de edad. Según sus propias palabras, sentía ya una clara inclinación hacia la literatura y la filosofía, por ello escogió el bachillerato de leyes que era "la opción más cercana a las humanidades". Su trayectoria personal, intelectual, profesional y pública, ha estado orientada, desde entonces, hacia el horizonte de las disciplinas humanísticas: un horizonte abierto, inseguro, siempre cambiante; pero pleno de posibilidades y de alternativas, porque tiene en su centro a los seres humanos.
Hombre de clara inteligencia y de profundas convicciones, comprometido con su tiempo, apasionado, pero sin excesos; transita por la vida realizando su "ser en el mundo" en diferentes dimensiones existenciales. Como abogado, rector, dirigente de instituciones educativas y culturales, pero, sobre todo, como ensayista, crítico literario y educador, ha contribuido al enriquecimiento de nuestra vida colectiva.