Resumen: La vida actual puede convertirnos en robots: todo está programado, la vida diaria es una agenda intensa de actividades de todo tipo e inclusive las relaciones humanas tienen un calendario y un horario bien determinado. Así, la cita con un doctor, el trabajo, el salón de belleza y la compra en el supermercado, ocupan un lugar jerárquico con el paseo con los hijos, el cuidado de un enfermo y la visita a un anciano. Evolución dramática de las costumbres que el apuro mismo de la vida dicta, es ya irreversible y la clave no está en suprimir sino en adecuar y crear robots pero ciertamente no los somos: tenemos corazón y con él sentimos. Amable lector, estos apuntes para una teoría de la vida llegan a tus manos como el producto modesto de la reflexión que me permite una vida personal discreta, enriquecida por dichas y atemperada por penas. No te los ofrezco con la ambición de ilustrar tu educación, normar tu vida o apoyar tus aciertos o quizá tus desaciertos comunes a los míos, sino sólo por el deseo de compartir ideas que es lo más valioso y al mismo tiempo lo menos costoso que una persona puede dar.