Resumen: Las cartas de Italia escritas por Carlos Pellicer entre julio de 1927 y julio de 1928, permiten reconstruir un año importante de la vida del poeta. Aunque a veces son meramente turísticas o parecidas en el tono y en el contenido a la literatura de viajes del siglo pasado y de principios de éste, es claro búsqueda de sí mismo a través de los lugares y personajes históricos que encontró.
En realidad, ni eso es particularmente original. Los viajes reales o imaginarios siempre han servido como metáforas de crecimiento y de maduración. Ni es novedad el entender a Venecia, Florencia y Asís como etapas del conocimiento: sensual, inteligente y espiritual. Sin embargo, la voluntad y la conciencia de Pellicer de vivir la metáfora del viaje intensamente sí son muy propias de él; como es también notable el hecho de que gran parte de los acontecimientos y personajes de estas cartas sean inspirados por imágenes ya sea de paisajes y lugares o de obras de arte. Italia proporcionó a Pellicer de sí mismo, pudo imaginarse al tú con los personajes y genios artísticos y literarios de siglos pasados, todos vistos en sus propios ambientes y a semejanza de la imágenes que el arte ha dejado de ellos.