Resumen: Hay ciudades o países que se parecen a la felicidad o a la revelación, a los que llevan al azar o los dioses, y modifican una vida, y en el caso de poetas, escritores o artistas, también su literatura o su arte. Van Gogh, dos años antes de su muerte, bajó a Arles, en la Provenza, a la región del sol, y su pintura cambió llenándose de amarillos espléndidos y amarillos dilacerantes que desgarran el corazón y convulsionan el alma. El mexicano Reyes se vio obligado a emigrar en la década de los diez a España, pero eso le permitió a la ves familiarizarse con la tradición española y distanciarse fructuosamente de México para escribir algunos libros sin marchitación (el suicida, visión de anáhuac, cartones de Madrid, simpatías y diferencias). Si Vallejo no hubiera residido los últimos quince años de su vida en París no tendríamos poemas humanos, monumento mayor de la poesía moderna, donde sentimos a cada instante la ambientación sombría y cerrada de los otoños e inviernos parisienses.