Resumen: De nueva cuenta Michel Antochiw Kolpa pone ante nuestra vista las imágenes de la Mérida de antaño. Hoy toma su caámara y retrata a la Mérida de 1900, cuando la ciudad despertaba en ese amanecer del siglo XX que está por concluir.

Y si decimos de nueva cuenta, ellos se debe a que anteriormente nos mostró, en otro trabajo surgido de su fecunda labor investigadora, litografías que mostraban diferentes rumbos, edificios y sucesos de la Capital del Estado de Yucatán.

En este trabajo, el investigador pone a nuestro alcance un álbum que encierra una parte de nuestro pasado que bien vale recordar en el presente. La ciudad de hoy, así como sus habitantes, sean o no nacidos en este espacio que originalmente fue la T’Ho de nuestros ancestros, pueden sentirse orgullosos de la realización de este esfuerzo por recuperar esa parte de nuestra memoria que tanto interés despierta.

Redescubrir lo que nuestros abuelos pudieron ver de pequeños es sin duda altamente satisfactorio, por una parte, y enormemente ilustrativo, por la otra. Hoy la ciudad muestra otra fisonomía. Comparar las imágenes de ayer y de hoy permiten establecer en nosotros una conciencia de lo que somos, lo que tenemos y lo que hemos perdido por una u otra razón. Tal vez, incluso, se puede comparar el presente y el pasado.