Resumen: Como cada año, el 7 de marzo de 1999 se celebró la ceremonia conmemorativa de la instauración del Tribunal Supremo de Justicia, en Ario de Rosales, Michoacán. En 1815, este tribunal fue la simiente del Poder Judicial que, en 1995, comenzó su novena época y que, ahora, es pieza fundamental de nuestro Estado de derecho.
Los anhelos de justicia que entonces albergaba el espíritu de José María Morelos y Pavón son muy similares a los que hoy nos preocupan: "... que todo aquel que se queje con justicia", decía Morelos, "tenga un tribunal que lo escuche y lo defienda contra el arbitrario". Este apotegma sigue siendo fuente inspiradora en la labor de judicatura federal y, más aún, un compromiso para quienes, cada día, la llevamos a cabo.
Por lo anterior, es fundamental dejar testimonio del reconocimiento y deferencia que el Poder Judicial de la Federación guarda para quienes, en circunstancias difíciles, nos precedieron en la labor judicial. Así, por decisión unánime del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Tribunal Electoral y del Consejo de la Judicatura Federal, se determinó instituir el día 7 de marzo de cada año como día del servidor público del Poder Judicial de la Federación, para recordar la instalación y funcionamiento de la primera sede de nuestro tribunal y los ideales que, hace 184 años, le dieron vida.