Resumen: La actividad comercial está normada en México por una urdimbre legal muy compleja, que abarca no sólo la legislación a la que expresamente se le ha dado el carácter mercantil, sino muchas otras: administrativas, fiscales, laborales, penales, etc., que afectan en una o en otra forma la actividad comercial e industrial, regulando principalmente el funcionamiento de las empresas.
Entre este abigarrado conjunto legislativo destaca la Ley de Sociedades Mercantiles, primero por su posición estratégica: de ella se derivan los esquemas jurídicos con los que se organizan casi todas las empresas comerciales en nuestro país; y segundo, por sus cualidades que han permitido considerarla como una ley "clara, precisa, sencilla, de fácil comprensión y hermenéutica".
Esta ley ha estado en vigor en México desde el año de 1933 y por lo menos resulta sorprendente que haya atravesando sin reformas importantes un tramo temporal de casi 45 años que son aquellos en los que el país se embarcó en un proyecto global de desarrollo económico, el cual con sus aciertos y defectos ha logrado cambiar drásticamente, no sólo las actividades industriales y mercantiles sino hasta el perfil mismo de la sociedad mexicana.

Bibliografía: p. 485-487