Resumen: De la vista nace el amor, y del olfato y el tacto el deseo, la sensación que a diario nos asalta y nos impide resistirnos a eso que los mexicanos llamamos cariñosamente "antojitos". Los hay de todas las regiones de la República Mexicana: desde el istmo de Tehuantepec, pasando por las zonas de trópico húmedo y los cenotes sagrados de la península yucateca, atravesando la sierra Madre del Sur y la planicie del Valle de México, hasta el cañón del Sumidero.
Dulces, salados y picantes; provenientes del mar y de la tierra; para todos los gustos; para chicos y para grandes; no tienen límites ni fronteras.
Tortillas, sopes, tacos, guaraches, tlacoyos, pambazos y tamales; colados y cocteles; salsas y moles; carnes, aves, pescados, mariscos e insectos; especias y aceitunas; frutas y verduras, y un sinfín de combinaciones preparadas en cazuelas, comales, sartenes, ollas y molcajetes son una pequeña probadita de la gran riqueza con que con que este libro nos abre el apetito.
Antojería mexicana lleva en el nombre la provocación del recuerdo del aroma, de la variedad y del sabor; de los colores, de las texturas y del ritual de la preparación, sin olvidarse de que en el arte culinario hay dos ingredientes indispensables que no pueden faltar: la buena compañía y algo exquisito para beber.