Resumen: Las relaciones entre el Estado mexicano y la iglesia católica han sido en extremo sensible, complicadas y un punto delicado de abordar. Todavía muchos se preguntan acerca de la conveniencia, tanto para la Iglesia como para el Estado, de haber modificado el marco jurídico vigente en 1992. Nadie mejor para abordar este tema que Antonio Gómez Robledo (1908-1994), el gran filósofo católico mexicano de este siglo e internacionalista de prestigio mundial.
Este tema lo abordó en dos breves ensayos publicados, uno en Proceso y otro en Excélsior, en el año en que se reanudaron las relaciones entre México y el Vaticano, interrumpidas durante más de 130 años. Además se incluyó un artículo sobre el nuevo Catecismo, que apareció también en Proceso, ya que completa la meditación acerca del papel de la Iglesia Católica en el mundo.
La obra de Antonio Gómez Robledo es enorme, y a ella hay que añadir sus excelentes traducciones del griego y el latín. Las citas en estos idiomas, que incluyó en sus artículos, se dejaron tal como aparecen en el origen, pues tanto su hijo Alonso, investigador distinguido de la Universidad Nacional Autónoma de México, como la editorial consideramos que traducirlas no hubiera sido de su agrado. Además no afectan la comprensión del texto ya que la idea que sintetizan dichas frases es previamente explicada en el mismo.