Resumen: El misterio que reodeaba a Cacaxtla (lugar de tarima), en cuanto a la notoria influencia extranjera, comienza a desvanecerse; así lo muestra esta obra de Román Piña Chan, prestigioso erudito en asuntos mayas, quien describe aquí, mediante hallazgos recientes, cómo olmecas y xicalancas se apoderaron de este asentamiento ceremonial y de población en tierras tlaxcaltecas.
Piña Chan nos revela que el comercio y la guerra fueron los medios de que se valió gente del Golfo, primero para conquistar a Xochicalco, pasar luego a Chalco y Amecameca, permanecer en la mítica Tamoanchan y por último llegar a Cacaxtla, donde dejó huella en construcciones y pinturas murales. Ésta es la razón de que los personajes de los murales y la cerámica tengan rasgos mayas, pues allí se amalgamaron tradiciones y costumbres del altiplano con las de pueblos de la costa; es decir, del centro de Veracruz, mayas y teotihuacanas.
Aparte de la crónica de la peregrinación, el autor habla de la intervención de Quetzalcóaltl-Ehécatl-Venus y de Mayahuel en el descubrimiento del pulque, y hace una detallada descripción de edificios y pinturas. Los hermosos dibujos que acompañan a esta obra los cuales incrementan su disfrute, además de ofrecer fuentes documentales de primera mano sobre Cacaxtla proporcionan una mejor idea de lo que significó en su apogeo este centro ceremonial dentro de los pueblos precortesianos más avanzados.
De Román Piña Chan, arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, doctorado en ciencias antropológicas en la UNAM y profesor de varias universidades mexicanas y extranjeras, el Fondo de Cultura Económica ha publicado: Las culturas preclásicas de la cuenca de México, 1955; Historia, arqueología y arte prehispánico, 1972; Quetzalcóalt. Serpiente emplumada, 1977; Chichén Itzá. La ciudad de los brujos de agua. 1980 y es lenguaje de las piedras. Glífica olmeca y zapoteca, 1993.

Bibliografía: p. 125-127