Resumen: Claude Monet contribuye más que ningún otro artista el surgimiento del impresionismo, de este nuevo convencionalismo representativo que cierra la búsqueda del naturalismo del siglo XIX e inaugura la nueva época del arte moderno.
Desde muy temprana edad, Monet manifiesta su afición por la pintura y durante su adolescencia muestra una gran habilidad para la caricatura. Esta actividad le da la independencia económica necesaria para solventar parte de sus estudios posteriores. En su juventud, Monet conoce al pintor Eugene Boudin, quien influye de manera decisiva en su ánimo al enseñarle a ver, disfrutar, dibujar y pintar en plain air los múltiples aspectos del paisaje. Tras varios años de experimentación artística, Monet junto con otros pintores noveles decide pintar al aire libre, sin ceñirse a las concepciones artísticas que ofrece el espectáculo de la naturaleza; el resplandor de la luz sobre el color, el movimiento de la flores y el follaje, provocado por el viento, las nubes, la niebla, la impresión de un instante fugaz experimenta en relación con el motivo natural, que el pintor captura creado así una nueva manera de ver y representar al mundo.
Monet encuentra una nueva belleza, la de la vitalidad orgánica de la materia. Por medio de la visión, la sensibilidad del artista se enlaza con el mundo externo, con lo aparente. Las pinturas de Monet reflejan la vida de su alma, unas veces vibrante de emoción por el milagro de una flor que brota o de una planta que crece, otras llenas de melancolía, inflamada de pasión o desesperadamente inquieta.

Título original: Monet impressionism