Resumen: A inicios de un nuevo siglo, el XXI, podemos decir que los países de América Latina hemos presenciado una evolución política que nos ha llevado de regímenes a regímenes democráticos.
En este nuevo siglo, igualmente, las sociedades modernas presentan una mayor complejidad y un fuerte cuestionamiento en términos económicos, sociales y de seguridad, tanto pública como jurídica.
Por ello, hoy en día no basta con abrir las puertas al libre comercio o decir que constitucionalmente se vive en una democracia. Ahora, más bien, debemos hablar de desarrollo sustentable, basado en un crecimiento económico con estándares sociales aceptables y de gobernabilidad democrática, porque la democracia formal no es nada sin la democracia material.
Lo anterior significa que estamos inmersos en un proceso de transformación institucional, en donde la reforma judicial es una actividad prioritaria para garantizar la vigencia del Estado de Derecho.