Resumen: Si existe alguna ley que más se haya adentrado en el corazón del pueblo mexicano, esa ley es la que crea el juicio de amparo.
En el perenne mal de nuestros legisladores de importar instituciones jurídicas nacidas en otras condiciones sociales, surgió un derecho que forjado a través de los años, ha llegado a ser una producción auténticamente mexicana; y como las leyes no son las que se dictan, sino las que se cultiva, el juicio de amparo creó profundas raíces en el corazón de México.
La ley tienes como principal objetivo resolver una necesidad. Para el México independiente era una necesidad organizarse políticamente y a satisfacer esa necesidad tendieron la constitución federalista de 1824, la constitución centralista de 1836 y las bases orgánicas de 1843.
La dictadura de Antonio López de Santa Anna, cuya administración, históricamente comprobada, se caracterizó por el abuso y la arbitrariedad en grado extremo, creó la necesidad de señalar constitucionalmente las garantías individuales y como consecuencia lógica, la forma o procedimiento para proteger a éstas. A satisfacer esa necesidad tendió la constitución de 1857, señalando por primera vez un capítulo dedicado a las garantías individuales y sentando las bases firmes del juicio de amparo.