Resumen: Marco Antonio Díaz de León es ante todo y por encima de todo un procesalista. El enfoque fundamental que proyecta en sus libros, sus estudios, sus cátedras, sus tareas y todo su ser vocacional, apunta indefectiblemente al proceso judicial. Puede ser desde el texto y la cátedra hasta la particularidad del estudio de las pruebas; puede pasarse de su diccionario procesal penal hasta su decisiva participación en la gran reforma - sin precedentes en la historia procesal del país - hecha al código federal de procedimientos penales en esta década: a Díaz de León correspondió formular, y con éxito, en colaboración con el Dr. Sergio García Ramírez, los proyectos de reformas y adiciones de 1983, 1984, 1985, 1986 y 1987, constitutivas de las correspondientes iniciativas de ley, al citado código, mismas que lo modificaron en casi todas sus partes al grado de ser hoy el más moderno de México.
Para los especialistas de la materia procesal esta nueva obra - que generosamente me invita a prologar, como si fuera el que esto comenta una autoridad digna de evaluar un esfuerzo destacadísimo por su temática -, viene a reafirmar el gran prestigio de jurista especializado en el área adjetiva que merecidamente ha ganado Díaz de León, quien ahora hace una notable aportación procesal para beneficio de la literatura jurídica laboral con la misma autoridad de sus restantes obras, puesto que académicamente y en el servicio público en la materia de trabajo más de una vez, y por años sostenidos, le tocó la responsabilidad de participar en la administración de justicia laboral tanto en el Apartado A como en el B del artículo 123 constitucional.

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